Área de Libre Comercio de las Américas - ALCA

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Público
FTAA.soc/w/127/Add.1
24 de octubre de 2000

Original: Inglés
Traducción: Secretaría ALCA

ALCA - COMITE DE REPRESENTANTES GUBERNAMENTALES SOBRE LA PARTICIPACION DE
LA SOCIEDAD CIVIL

CONTRIBUCION RELACIONADA CON LA INVITACION PUBLICA


Nombre (s) Owen E. Herrnstadt
Organización (es)
(de ser el caso)
Asociación Internacional de Maquinistas
País (es) /
Región (es)
EUA

Comentarios de la
Asociación Internacional de Maquinistas
y Trabajadores Aeroespaciales, AFL-CIO, CLC
en respuesta a la Notificación en la
Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos
de una invitación a comentarios del público
del Comité de Representantes Gubernamentales
sobre la Participación de la Sociedad Civil

RESUMEN EJECUTIVO

La Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales (IAM) representa a más de 700,000 trabajadores en Estados Unidos y Canadá. Los miembros de IAM trabajan en varias industrias entre las que se encuentran la manufacturera, la aeroespacial, la del transporte, la de astilleros, la de la ebanistería y la automovilística, por nombrar sólo unas cuantas. Nuestros miembros han sido directa e indirectamente afectados por acuerdos comerciales y, como consecuencia, de conformidad con la notificación a que se refiere el título en el Registro Federal estadounidense, aprovechamos esta oportunidad para presentar nuestros comentarios sobre lo que creemos que son, entre otras cosas, algunas de las fallas fundamentales en términos de fondo y procedimiento del proceso de negociación de la propuesta Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), con énfasis particular en la sociedad civil.

Como muchas otras organizaciones, la IAM ha planteado diversas discrepancias en anteriores ocasiones en que se han negociado acuerdos comerciales. Entre nuestras numerosas inquietudes se encuentra la continua renuencia a reconocer e incorporar adecuadamente en las disposiciones básicas de estos acuerdos comerciales lo que comúnmente se denominan “normas laborales internacionalmente reconocidas” eficaces y aplicables. Por ejemplo, en contra de nuestra protesta, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entró en vigor sin contar con disposiciones adecuadas que garantizaran que los signatarios del acuerdo reconocieran, adoptaran y aplicaran eficazmente dichas normas laborales. Desgraciadamente, en vez de incorporar normas laborales mínimas en el TLCAN, se firmaron “acuerdos paralelos”. En aquel entonces argumentamos en diversos foros públicos que los acuerdos paralelos eran mecanismos deplorablemente inadecuados para garantizar el reconocimiento y la aplicación eficaz de normas laborales internacionalmente reconocidas.

Si algo puede aprenderse de la experiencia del TLCAN, es que tratar las normas laborales como algo independiente de los temas considerados como núcleo de un acuerdo de este tipo dará lugar a defectos fundamentales. De hecho, la noción de que un comité disociado de los aspectos básicos de las negociaciones sea el que revise los asuntos fundamentales planteados por el movimiento laboral y otros grupos de orientación similar es totalmente inadecuada. Significa que es muy poco, si no es que nada, lo que han aprendido de los fracasos del TLCAN quienes están negociando el ALCA.

Tratar las normas laborales como algo independiente del núcleo de las negociaciones del TLCAN es una de las principales causas de su abismal fracaso. Al contrario de lo que algunos afirmaron que se lograría con el TLCAN, las condiciones de trabajo y los niveles de vida no han mejorado en ninguno de los tres países signatarios del TLCAN. El TLCAN ha exacerbado el estancamiento de los salarios y, en algunos casos, ha añadido presión a la baja en los salarios reales en Estados Unidos y Canadá. Además, se han ido a México empleos bien pagados de la industria manufacturera y se ha debilitado el poder de negociación de los trabajadores en ambos países. Y al tiempo que más empleos fabriles se van a México, las condiciones para los trabajadores mexicanos se deterioran también.

Dadas las deficiencias surgidas de la ineficacia del TLCAN, el IAM está de acuerdo con otras organizaciones que no es posible relegar derechos tan importantes a comités que tratan por separado sobre la “sociedad civil”. Las partes negociadoras deben reconocer, comprender y poner en vigor cláusulas laborales auténticas que exijan la aplicación eficaz de normas laborales básicas internacionalmente reconocidas.

La adhesión universal a estas normas no es sólo un asunto ético y moral, sino también un asunto económico que atañe al corazón mismo de las políticas comerciales mundiales.

Otras cuestiones de las negociaciones del ALCA requieren también seria atención. Entre ellas se incluye que el Grupo de Inversiones reconozca la necesidad de incorporar diversas restricciones al flujo de capital que con tal frecuencia ha ocasionado trastornos en muchas de las economías del mundo. Otros temas más se relacionan con el acceso a mercados y la exigencia de algunos países de transferencias de tecnología y producción a cambio del acceso a los mercados.

El IAM se opone al proceso actual de negociación del ALCA. Éste es un método deplorablemente inadecuado de reunir y plantear las auténticas preocupaciones de los trabajadores con respecto al ALCA. Mientras los negociadores que representan a todos los países potencialmente signatarios no reconozcan que las normas laborales eficaces y aplicables internacionalmente reconocidas tienen que formar parte de las disposiciones básicas de cualquier acuerdo propuesto, el proceso de negociación del ALCA -así como todo documento que en última instancia surja de dicho proceso- tendrá fallas fundamentales.

 
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